Cuando se piensa en ‘amores platónicos’ usualmente pensamos en
artistas, famosos y estrellas de cine que alumbran las pantallas con sus
caras perfectas y cuerpos espectaculares, sin embargo, para mí es un
concepto desacertado pensar en que un Brad Pitt o una Angelina Jolie
ocupan ese puesto de amor platónico, ya que son completamente
inalcanzables.
Los amores platónicos deben ser reales, es ese vecino que la saluda
con voz grave todos los días al cerrar la puerta de casa y la
hace vibrar por dentro, un amor platónico verdadero es esa mujer que
trae los zapatos más bonitos al colegio y tú te la comes con la mirada y
así le digas a tu novia que sólo trabajas con feas, se convierten en
amores platónicos estos personajes reales porque son prohibidos, están
cerca y tan fuera del alcance, ya sea porque tienes una pareja o tu
amor platónico la tiene.
El verdadero problema de los amores platónicos es cuando llega la
oportunidad de dejar de ser platónicos, estos quedan a su alcance.
Todos tenemos nuestros amores platónicos, aceptémoslo. Cumplen ese
papel fantasioso que nos enloquece y queremos ocultar por miedo a
revelar lo que nos gusta en realidad.
¿Si tuvieras la oportunidad de dejarlo todo por estar con tu amor
platónico lo harías? O definitivamente por más atracción que tú sientas
en caso de una oportunidad prefieres dar un paso al lado?
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